La letanía de tiroteos en EEUU sigue y deja al menos 5 muertos
Al menos cinco personas murieron en la noche del sábado al domingo en Estados Unidos durante nuevos tiroteos que se suman a una ola de violencia armada, mientras en el Congreso persisten las dificultades para restringir el porte de armas de fuego
En Filadelfia, en el noreste, desconocidos abrieron fuego contra una multitud y murieron a tres personas, dijo la policía.
"Catorce personas (...) fueron alcanzadas por disparos y hospitalizadas", declaró a la prensa el inspector de la policía D.F. Pace. "Tres de estas personas, dos hombres y una mujer, fueron declarados muertos tras arribar a hospitales con múltiples heridas de bala".
Y en un tiroteo en Chattanooga, Tennessee (sur), dos personas murieron baleadas el domingo temprano. Una terceras sucumbió al chocar el vehículo en que escapaba del lugar, según la policía local. "Más de un tirador estuvo involucrado" en el incidente, dijo a los periodistas la jefa de policía de Chattanooga, Celeste Murphy.
Desde el tiroteo en una escuela de Uvalde (Texas), el 24 de mayo, que dejó 21 muertos, se registraron más de dos docenas de ataques con múltiples víctimas en Estados Unidos, según el centro Gun Violence Archive.
Pace dijo que en Filadelfia agentes presentes en el lugar "observaron a varios tiradores activos abriendo fuego contra la gente" en la animada zona de South Street.
Un agente disparó contra uno de los tiradores, que soltó su arma y huyó, aunque no estaba claro si fue alcanzado, añadió Pace.
Pace señaló que se encontraron en el lugar dos armas semiautomáticas y un cargador de alta capacidad.
Un testigo, Eric Walsh, describió al Philadelphia Inquirer a personas que huían del tiroteo "con salpicaduras de sangre en las zapatillas blancas y con las rodillas y los codos despellejados".
-"Ya basta" -
El presidente Joe Biden llamó el jueves al Congreso restringir la venta a particulares de fusiles de asalto, fustigó a los republicanos que se oponen a ello y deploró lugares como escuelas u hospitales, "se hayan convertido en campos de exterminio, campos de batalla".
El senador demócrata Chris Murphy está trabajando con un grupo de parlamentarios de los dos partidos en una serie de reformas. La labor es ardua porque los republicanos rechazan casi sistemáticamente la mayoría de las medidas destinadas a regular las armas.
Murphy dijo el domingo que el grupo esperaba elaborar un conjunto de leyes que pudieran contar con el apoyo de al menos 10 republicanos, además de casi todos los demócratas. "Creo que la posibilidad de éxito es mayor que nunca", declaró a la CNN. "Pero también creo que las consecuencias de un fracaso para toda nuestra democracia son mayores que nunca".
Las medidas que se están proyectando, dijo, incluirían "una inversión significativa en salud mental, financiamiento para la seguridad en las escuelas y algunos cambios pequeños pero fuertes en las leyes de armas", entre ellos controles más estrictos de antecedentes de los compradores de armas de fuego.
Según una encuesta de CBS News, la mayoría de los estadounidenses dicen que están a favor de normas más estrictas sobre la posesión de armas, y el 81% apoya la verificación de antecedentes de todos los compradores potenciales.
Pero, según esta encuesta, consideran igualmente que la aprobación de tales restricciones se ve notablemente dificultada por la inacción de los políticos.
Ante la reiteración de los hechos de violencia, Biden volvió a decir "basta" el domingo.
"En Texas, uno puede tener 18 años y comprar un arma de asalto, aunque no pueda comprar una hasta que tenga 21 años. Si no podemos prohibir las armas de asalto como deberíamos, debemos al menos aumentar la edad para adquirir armas de asalto a 21", tuiteó.
En 2020 había en circulación en Estados Unidos unas 393 millones de armas de fuego, más que la población del país.
Además de la masacre de la escuela de Texas, se produjeron recientemente otros tiroteos mortíferos.
El 14 de mayo, un hombre blanco que se describía a sí mismo como "racista" y "antisemita" mató a diez personas negras en un supermercado de Buffalo, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Y el día anterior cuatro personas murieron en un hospital de Tulsa, Oklahoma, cuando un hombre abrió fuego. El atacante apuntaba al médico que le había operado de la espalda y al que culpaba de sus dolores, según la policía.
A.M. de Leon--LGdM