La expresidenta de Bolivia, "obligada" a seguir su juicio "en estado de adormecimiento", denuncia su familia
La expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez es "obligada" a seguir su juicio, por el supuesto golpe contra su antecesor Evo Morales en 2019, "en estado de adormecimiento" medicada por su "delicada" salud, informó el jueves su hija en Twitter.
"El Tribunal [de Sentencia] obliga" a Áñez "a seguir la audiencia virtual en estado de adormecimiento, por la medicación anti hipertensiva y ansiolítica que recibe por su delicada salud", dice el mensaje difundido por su cuenta oficial en esa red social, que administra su hija Carolina Ribera.
El mensaje agrega que "la Procuraduría [General del Estado] se burla y presiona condena".
Este jueves siguieron las audiencias por cuarto día en la recta final del proceso penal que se le sigue por los presuntos delitos de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes.
La exmandataria interina (2019-2020) sufrió decaídas en su salud esta semana que obligó que las audiencias se suspendan por horas.
Según la Fiscalía, que pide 15 años de cárcel, ella cometió esos delitos como senadora, antes de asumir la presidencia interina.
Áñez, derechista de 54 años, también es acusada en la justicia ordinaria, por sedición, terrorismo y conspiración, y enfrenta cargos en otro proceso por genocidio.
Su hija Carolina anticipó esta semana que la condena se daría este viernes.
Entre tanto, los expresidentes Carlos Mesa (centro, 2003-2005) y Jorge Quiroga (derecha, 2001-2002) denunciaron este jueves irregularidades judiciales, por presión política del oficialismo que quiere su sentencia.
Mesa dijo que pidió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Europea (UE) que se pronuncien sobre la "inexistencia" de un golpe contra el izquierdista Morales en 2019 y que eviten la violación de sus derechos humanos.
Quiroga, por separado, dijo que hay un "abuso judicial y médico contra" la expresidenta y que "ahora quieren ajusticiarla dopada, como denuncia su hija".
Áñez, finalista en 2021 del premio Sajarov, asumió la presidencia interina de Bolivia en noviembre de 2019, en medio de una fuerte convulsión social.
El izquierdista Morales, que había asegurado haber ganado un cuarto mandato consecutivo como presidente, huyó del país en medio de protestas por un presunto fraude electoral.
Las figuras legislativas que debían suceder a Morales -todos miembros de su partido el Movimiento al Socialismo (MAS)- también renunciaron. Así, Áñez, como segunda vicepresidenta del Senado, era la funcionaria de mayor rango restante.
Una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció que por la violencia en el gobierno de Áñez se registraron 35 fallecidos.
E.Sanchez--LGdM