Investigan señales de tierra removida en zona amazónica donde desaparecieron periodista y experto
Las autoridades brasileñas investigaban este viernes señales de excavaciones y de tierra removida en una zona aledaña al lugar donde fueron vistos por última vez el periodista británico y el indigenista desaparecidos el domingo en la Amazonía.
Buzos de los bomberos se trasladaron a la comunidad Cachoeira, en la ciudad de Atalaia do Norte, en una zona remota del estado de Amazonas (noroeste), después de que voluntarios dijeran haber visto esos indicios en la orilla del río Itaquaí por donde se trasladaban el reportero Dom Phillips y el indigenista Bruno Pereira.
"El relato que tenemos es de tierra removida, como si se hubiera excavado en el lugar, enterrado alguna cosa, tirado barro en el fondo. Vamos a verificar con un barrido en el fondo para ver si encontramos algo", dijo el subteniente del Cuerpo de Bomberos, Geonivan Maciel, a medios en el lugar.
"No podemos decir que haya algún rastro concreto, pero vamos a verificar la situación para ver si realmente hay alguna cosa que pueda identificar algo de los dos desaparecidos", agregó.
Blanco de críticas de familiares de los desaparecidos y de grupos indígenas por la tardanza en desplegar un dispositivo de rastreo, las autoridades intensificaron las búsquedas para hallar alguna pista sobre el paradero de ambos.
La policía encontró el jueves un rastro de sangre en la embarcación de un hombre que fue detenido tras la desaparición de Phillips, de 57 años y colaborador del diario británico The Guardian, y de Pereira, de 41 y experto de la agencia gubernamental de asuntos indígenas de Brasil (Funai).
Phillips y Pereira viajaban juntos por la región del Valle de Javarí, extremo oeste del estado de Amazonas, donde realizaban entrevistas para un libro sobre conservación ambiental.
Se habían trasladado en barca al lago Jaburu y debían volver a Atalaia do Norte la mañana del domingo. La última vez que se les vio fue en Sao Gabriel, no muy lejos de su destino.
La Policía Federal admitió el miércoles que no descarta "ninguna línea de investigación", incluida la del homicidio, en una región considerada "peligrosa".
Ubicada en la frontera con Perú y Colombia, la zona abriga una tierra indígena protegida de 8,5 millones de hectáreas, y sufre con la presencia de narcotraficantes, pescadores, madereros y mineros ilegales que van en busca de sus recursos naturales.
S.Ramos--LGdM