Elecciones regionales en norte de India despiertan temores de los musulmanes
En un callejón angosto de Meerut, ciudad del estado indio de Uttar Pradesh, Shahbuddin teme que la represión contra los musulmanes se intensifique si el partido nacionalista hindú gana las elecciones regionales, que empezaron esta semana.
Su hermano Aleem fue asesinado por la policía, al igual que otros 22 musulmanes, durante la represión de un movimiento de protesta en 2019, explica.
Hoy en día, los miembros de esa minoría religiosa, la más numerosa, temen que las autoridades endurezcan las medidas contra ellos si Yogi Adityanath, monje y miembro del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), resulta reelegido en las elecciones que comenzaron esta semana en este estado del norte de India.
"Tenemos miedo de que, si este gobierno permanece en el poder, mate a nuestros hermanos, a nuestros hijos, de que nos mate así, sin más", comenta, suspirando, Shahbuddin, delante de su casa. No quiere dar su apellido por miedo a represalias.
Yogi Adityanath es "un asesino, un terrorista", afirma el joven de 26 años.
A sus 49 años, Adityanath encarna el nacionalismo hindú que creció con la llegada al poder en 2014 del primer ministro Narendra Modi y del BJP.
Al igual que Modi, el ministro principal de Uttar Pradesh siempre fue miembro del grupo paramilitar de nacionalistas hindúes Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), cercano ideológicamente al BJP y cuyos uniformes y reuniones recuerdan a las organizaciones fascistas de los años 1930 en Europa.
Es en Uttar Pradesh donde el BJP fue más lejos, con restricciones sobre los mataderos musulmanes, acusados de abatir vacas -sagradas en el hinduismo-, y sobre los altavoces que sirven para la llamada a la oración musulmana.
- Silenciar a la oposición -
El gobierno de Adityanath aprobó una ley contra la "yihad del amor", una supuesta conspiración de los musulmanes que incitaría a las mujeres hindúes a casarse para convertirlas al islam.
Pero lo que realmente asusta a la minoría musulmana de Uttar Pradesh, que representa cerca del 20% de los 200 millones de habitantes de ese Estado, es la forma en que, según ellos, el ministro jefe de ese estado menosprecia el Estado de Derecho.
Uttar Pradesh es un estado pobre y muy poblado, y desde que el partido nacionalista llegó al poder de la región, en 2017, más de 100 presuntos criminales, musulmanes o pertenecientes a la casta de los intocables en su mayoría, habrían muerto al "encontrarse" con la policía.
Unos decesos fruto, según organizaciones de defensa de los derechos humanos, de ejecuciones extrajudiciales, una acusación que el gobierno rechaza.
El poder de Adityanath recurre sin reservas a la acusación de "sedición" -que data de la era colonial- y a las leyes antiterroristas para poder detener a un sospechoso durante seis meses pese a que no existan cargos contra él. Y esto, para silenciar cualquier rastro de oposición, según los críticos del gobierno regional.
Esta brutalidad despiadada descrita por los opositores salió a la luz durante las protestas de 2019 contra una ley de ciudadanía del gobierno de Modi.
Después de que algunas manifestaciones degeneraran en violencia, Adityanath prometió "vengarse". La policía antidisturbios fue desplegada en varias ciudades, especialmente en los barrios musulmanes, irrumpiendo en las casas, agrediendo a los habitantes y destruyendo sus bienes, según testigos.
La mayoría de los 23 muertos en Uttar Pradesh fueron asesinados a tiros, según los medios de comunicación, mientras que la policía asegura que nadie resultó muerto por armas de fuego.
Ya han pasado más de dos años, pero Shahbuddin asegura que todavía no se ha hecho justicia por la muerte de su hermano Aleem, algo que su familia espera con impaciencia.
A.Cantu--LGdM