Raymond Depardon, la cámara como testigo de los JJOO, de Tokio a Montreal
El legendario fotógrafo francés Raymond Depardon recuerda que sus imágenes más famosas de los Juegos Olímpicos, desde Tokio en 1964 hasta Montreal en 1976, se decidieron en una fracción de segundo.
París, que inaugura sus Juegos dentro de casi un mes, 100 años después de los históricos de 1924, homenajea al fotógrafo con una selección de imágenes, expuestas en varios lugares emblemáticos de la ciudad.
Es como "una copa de champagne", un "verdadero regalo", explica Depardon (81 años) a la AFP, con emoción.
Ocho fotos, en blanco y negro, fueron realizadas por Depardon entre 1964 y 1976, las restantes son retratos de atletas actuales, realizadas en formato digital y en color por su hijo Simon.
Depardon se acuerda en especial del retrato que sacó del atleta estadounidense Lee Evans levantando el puño en los JJOO de México de 1968, como forma de protesta contra el racismo.
Los Juegos Olímpicos eran un tema que se resolvía "en un segundo, en dos segundos, en un tercio de segundo", explica el fotógrafo.
El retrato fue reproducido con una inmensa pancarta de 600 m2 en la fachada de un inmueble cerca del Ayuntamiento.
Cerca de la Asamblea Nacional y de la Plaza de la Concordia, otra foto muestra a los atletas de los 3.000 metros obstáculos, fotografiados de muy cerca, en el corazón de un estadio en delirio, en México.
"Me reconforta muchísimo volver a ver estos archivos, de una época en la que había numerosos conflictos (...)", subraya.
"Quisimos instalar esta foto colectiva cerca de la Asamblea porque pensamos que el mensaje era hermoso, una forma de unión alrededor de un momento de tregua", subraya su hijo Simon Depardon.
- En México "fue grandioso" -
"En México yo era muy joven, no sabía cómo funcionaban [unos Juegos]", recuerda Depardon.
"Fue grandioso, con una prueba de 100 metros en menos de diez segundos, con todos aquellos (atletas) negros... un momento histórico y el mejor público, que siempre defendía a los perdedores", continúa Raymond Depardon.
"¡Y la conferencia de prensa de los atletas negros estadounidenses! Cuando uno de ellos respondió a un periodista algo como 'no sabes lo que es ir al restaurante con tu esposa, que esté vacío, y que te digan que no hay sitio para ti...'", cuenta.
También recuerda Múnich 1972 "donde en el sprint final, el alemán cae, es adelantado por el keniano Julius Sang y el francés obtiene el bronce".
"Todo eso dura una fracción de segundo, hay que estar súper bien equipado..."
- "Una sola vez" -
Así como el oro de la gimnasta rumana Nadia Comaneci en Montreal 1976. "Había un ejercicio obligatorio, hizo un salto mortal, fue una sola vez, cayendo a la perfección sobre la barra...", recuerda.
"La buena foto, había que hacerla en blanco y negro, siguiendo la descendencia de nuestros pares, Capa, Cartier-Bresson", añade el fotógrafo, aún reticente hoy a usar el material digital.
Otro momento mítico: el nadador estadounidense "Mark Spitz en 1972 en Múnich".
"No lo lograba, él estaba todo el tiempo en el agua y ¡era tan rápido! Luego vino el 400 metros combinados, me preparé para la prueba de mariposa y en el momento en que sacaba la cabeza del agua...", dice al evocar la inmensa foto, instalada en la periferia parisina, que muestra al nadador de cabello oscuro y bigote, con los brazos extendidos a cada lado de la cabeza.
R.Perez--LGdM