Homenaje a las víctimas de Múnich, drama para Israel y el olimpismo
El 5 de septiembre de 1972, un comando palestino penetró en la Villa Olímpica de Múnich. La toma de rehenes derivó en una masacre, un episodio que todavía atormenta a Israel y que supuso un antes y un después en cuanto a la preocupación por la seguridad en los Juegos.
"Como en cada edición de los Juegos Olímpicos desde la masacre" perpetrada por los "terroristas de la organización palestina 'Septiembre Negro', el Comité Olímpico (israelí) organiza una ceremonia conmemorativa en presencia de las familias" de las once víctimas israelíes, comunicó a la AFP.
Este año, tendrá lugar el martes y está previsto se celebre en la embajada de Israel en París, en presencia de diputados franceses, embajadores y deportistas olímpicos israelíes.
En 1972 los asaltantes mataron a dos deportistas israelíes y tomaron como rehenes a otros nueve, con la intención de intercambiarlos por más de 200 prisioneros palestinos.
La guerra en curso y el devenir de los rehenes retenidos en Gaza marcan este año la conmemoración.
El 7 de octubre, durante un sangriento ataque sin precedentes de los comandos del grupo islamista palestino Hamás en suelo israelí, 251 personas fueron secuestradas. Entre ellas, 111 siguen en cautiverio en Gaza, según el ejército, que lanzó una ofensiva masiva para liberarlos, bombardeando la estrecha franja costera.
Esta situación "compleja y tensa", en un momento de tensión en aumento con el movimiento islamista libanés Hezbolá e Irán, "cristaliza la atención del equipo israelí", en alerta, dice el Comité Olímpico Israelí (OCI por sus siglas en inglés).
Un ciberataque expuso informaciones personales sensibles de algunos de ellos en redes sociales y cinco miembros de la delegación han recibido amenazas, entre ellos deportistas de gimnasia y natación, según una fuente francesa cercana a la investigación, abierta por amenazas de muerte agravadas.
En ese contexto, la búsqueda de medallas en los Juegos de París de los 88 deportistas israelíes, protegidos por los servicios de élite franceses e israelíes, va "mucho más allá del deporte", aseguraba en la Villa Olímpica el presidente israelí Isaac Herzog el 24 de julio.
- Fiasco -
En Múnich, en 1972, las señales de alerta a los servicios de inteligencia sobre el riesgo de un ataque fueron ignoradas y hubo descuidos en la seguridad.
Los "Juegos de la Felicidad", que debían hacer olvidar los de Berlín en 1936, bajo el régimen nazi, borraron cualquier símbolo de militarismo y se buscó que el personal de seguridad presente no estuviera armado. La intervención de la policía alemana sobre la pista de aterrizaje del aeropuerto de Fürstenfeldbruck se convirtió en un fiasco, bajo la mirada del mundo entero.
Este trágico episodio "cambió la manera de plantear los eventos deportivos desde el punto de vista de la seguridad, y eso cambió también la manera de abordar el tema del terrorismo y el propio significado de terrorismo", analiza Mathieu Zagrodzki, investigador asociado del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre el Derecho y las Instituciones Penales (CESDIP).
"Entre Múnich-1972 y Montreal-1976, los gastos de seguridad se multiplicaron por 50, sabiendo eso sí que se partía de un punto muy bajo porque Múnich, de forma voluntaria, había organizado unos Juegos muy abiertos con restricciones de seguridad relativamente débiles", dijo.
A raíz del desastre de Múnich, además del refuerzo de la seguridad en aeropuertos, se repensaron las maneras de intervención de las fuerzas del orden y se crearon unidades especiales en diferentes países.
Alemania Occidental puso en marcha el GSG 9, probado con éxito cinco años después en Somalia durante una toma de rehenes y el desvío de un avión.
En Francia una unidad anticomandos de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) vio la luz, y después la Gendarmería nacional contó con su propio Grupo de Intervención (GIGN). En Gran Bretaña, el Special Air Services Regiment (SAS) desarrolló sus unidades de guerra contrarrevolucionarias.
Los medios tecnológicos han evolucionado, como la videovigilancia algorítmica autorizada de manera experimental en los Juegos de París-2024. Este evento, que acoge a millones de espectadores y deportistas llegados de más de 200 países, es "una especie de prueba de choque, un ensayo a gran escala de la gestión de flujos", revela Mathieu Zagrodzki.
"El coste humano de un ataque puede ser extremadamente elevado, con la repercusión política y mediática que eso puede provocar", dice, por lo que es "un desafío inmenso".
D.F. Felan--LGdM