El gobierno portugués, en plena crisis un año después de triunfo electoral / Foto: © AFP
El gobierno portugués, en plena crisis un año después de triunfo electoral
A golpe de escándalos y en plena acometida inflacionista, el primer ministro portugués, Antonio Costa, ha visto hundirse su popularidad un año después de un triunfo electoral que debía garantizar la estabilidad de su gobierno socialista.
"Si la estabilidad era necesaria hace un año, hoy lo es aún más", declaró Costa esta semana, refiriéndose a las consecuencias de "la terrible ola de inflación" derivada de la guerra de Ucrania.
El dirigente de 61 años pensaba haber logrado esa estabilidad al conseguir en las elecciones del 30 de enero de 2022 una mayoría absoluta, que lo dispensó de coaligarse con las formaciones de extrema izquierda de las que dependió tras su llegada al poder en noviembre de 2015.
Un año más tarde, el ejecutivo socialista se ha visto debilitado por "una crisis de confianza por parte de la sociedad portuguesa", explica a AFP el politólogo Antonio Costa Pinto, del Instituto de Ciencias Sociales (ICS) de la Universidad de Lisboa.
La crisis empezó a final de año con el llamado escándalo "TAPgate", que debe su nombre a la aerolínea pública.
La empresa pagó una indemnización de salida de 500.000 euros (545.000 dólares) a una administradora, Alexandra Reis, que meses después tomó el mando de la empresa estatal de control aéreo para más tarde aterrizar en el cargo de secretaria de Estado del Tesoro, dependiente del ministerio de Finanzas.
El caso provocó una serie de dimisiones, entre ellas la del ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, jefe del ala más izquierdista del Partido Socialista y uno de los pretendientes a la sucesión de Costa.
- "Negligencia sorprendente" -
El gran rival de Santos, el ministro de Finanzas Fernando Medina, se vio salpicado por esta polémica, y la oposición de derecha pidió que salga también del gobierno.
"La negligencia de la élite gubernamental ante casos como este es realmente sorprendente", comentó Costa Pinto, quien cree que el gobierno tiene la "responsabilidad exclusiva" de su "caída acelerada" ante los ojos de la opinión pública.
Según un sondeo difundido el sábado por medios locales, Antonio Costa cuenta con un 24% de opiniones favorables y un 54% de desfavorables, lo que significa que la correlación entre ambas se ha invertido en nueve meses.
Según otra encuesta publicada el jueves, la principal formación opositora, el PSD, de centro derecha, lidera las intenciones de voto por primera vez en cinco años.
Tras una docena de dimisiones en otros tantos meses, Costa publicó un largo cuestionario al que piensa someter a sus futuros fichajes, para asegurarse de que no tienen un pasado problemático.
En ese contexto, el presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, hizo de moderador y declaró que "en este momento no es razonable pensar en disolver el Parlamento".
- "Período crítico" -
"No podemos detener el país en un momento tan crítico a nivel exterior e interno", dijo el mandatario el martes, refiriéndose a los desafíos planteados por la guerra de Ucrania y la urgencia de poner en marcha el plan de inversiones pospandemia financiado por fondos europeos.
Y es que las perspectivas económicas de 2023 son mucho peores que el panorama estadístico de 2022, que se conocerá la semana próxima.
Portugal podría registrar en 2022 un crecimiento de 6,7%, uno de los porcentajes más altos de Europa.
Un buen rendimiento que se explica aún por la gravedad de la recesión provocada por la pandemia en 2020 (-8,3%), antes de la recuperación parcial del año 2021, cuando el PIB creció un 5,5%.
"Crecemos porque habíamos caído mucho, y también gracias al buen comportamiento del turismo", dice a AFP el economista Joao Duque, del Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG) de la Universidad de Lisboa.
Y ahora, incide, "asistimos a un enfriamiento importante. La gente está muy afectada" por el alza de los precios al consumo --un 7,8% en el conjunto de 2022-- y el encarecimiento de la vivienda.
R.Andazola--LGdM
