La Gaceta De Mexico - Níger, el país en donde 4 de cada 10 niños no existen para la administración

Níger, el país en donde 4 de cada 10 niños no existen para la administración
Níger, el país en donde 4 de cada 10 niños no existen para la administración / Foto: © AFP

Níger, el país en donde 4 de cada 10 niños no existen para la administración

Cuando huyó de los yihadistas, Aichata Hassan no tenía idea del enorme desafío que le esperaba: demostrarle a las autoridades la existencia de su hija de 12 años, para que pudiera ir al colegio en Níger.

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En este árido país del Sahel, que cuenta con el crecimiento de población más acelerado del mundo, cerca de la mitad de la población tiene menos de 15 años.

Sin embargo, el 40% de los niños no son registrados al nacer.

El fenómeno se debe en general a que muchas familias pobres no disponen del tiempo ni el dinero necesarios para viajar hasta donde un representante del gobierno autorizado para hacer el trámite.

Por ello, muchas familias no logran registrar a sus niños 60 días después de nacer, como exige la ley.

La falta de certificado no suele ser problema para quienes permanecen toda su vida en su aldea, pero es un dolor de cabeza enorme para quienes se ven desplazados, como es el caso de Aichata Hassan y su familia.

Zeneba, la hermana de Nadia, de nueve años, y su hermano Abdulkarim, de cuatro, también están en un limbo administrativo.

Los tres nacieron en Alzou, una pequeña aldea de la región occidental de Tillaberi, en la que no hay un representante del gobierno que registre los nacimientos.

En los últimos cinco años aumentaron los ataques yihadistas en esta región, donde convergen las fronteras con Burkina Faso, Mali y Níger.

Los insurgentes entraron en Alzou en motos, inicialmente para robar algunas cabezas de ganado.

Pero luego mataron al jefe de la aldea.

Eso llevó a Hassan a salir a pie con sus hijos. Caminaron unos 30 kilómetros hasta llegar al poblado de Sakoira.

- La cultura del papel -

Nadia, Zeneba y Abdulkarim fueron matriculados en la escuela local.

Pero al inscribir a Nadia para el examen de ingreso a la enseñanza secundaria, la falta de un certificado de nacimiento resultó ser un obstáculo insuperable.

"Hay muchos niños en esa situación", admitió la consejera pedagógica Idrissa Illiassou, quien lleva 30 años en la profesión.

"Los jóvenes sin certificado de nacimiento se convierten en adultos sin documentos de identidad, y se verán excluidos", comentó.

Los documentos de identidad son todo un desafío para el empobrecido Níger.

"Nuestra cultura se basa en el papel, pero está desfasada. Debemos usar computadoras", indicó Ibrahim Malangoni, director nacional de los registros de estado civil.

Con apoyo de la comunidad internacional, Níger intenta resolver el problema, a base de operativos de sensibilización, cooperación con oenegés y campañas de digitalización del sector.

"Queremos maximizar estos operativos para cumplir la meta de tener a toda la población registrada para 2030", sostuvo Malangoni.

Actualmente se registran el 60% de los nacimientos, pero eso significa que cuatro de cada 10 niños son ignorados por el Estado.

Con todo, esa cifra es "un nivel notable dado que hace no mucho tiempo, en 2007, estábamos en apenas un 30%" de registros, explicó Malangoni.

El documento de identidad es sin embargo indispensable para registrarse en la escuela, obtener una donación, abrir cuenta bancaria, votar o pasar un puesto de control policial.

- Dar esperanza -

"El acceso a documentos civiles y certificados de nacimiento es un requisito para todo", indicó Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego de Refugiados (CNR) en una visita reciente.

Según él, el problema de Níger puede resolverse con un poco de dinero.

"Nuestro trabajo es darles esperanza. ¿Quieres que mañana estos jóvenes se conviertan en los nuevos emprendedores, incluyendo en el sector de energía verde que tanto necesitamos? ¿O adultos consumidos por la amargura?", preguntó.

Katoumi Youssou, una productora de cebolla en Sakoira, dijo que nunca tuvo documentos.

"Las mujeres no viajamos lejos y en la aldea no los necesitamos", explicó.

Pero la llegada de insurgentes a su puerta cambió todo.

Aparecieron puestos de control militar y cruzarlos sin documentos se volvió una pesadilla.

Cuando va al pueblo a vender cebollas o asistir a una boda, "siempre le tengo que pagar a los soldados para que me dejen pasar", contó Youssou.

Ahora, tanto ella como Aichata Hassan aguardan la llegada de un juez itinerante para obtener los documentos adecuados.

S.Cisneros--LGdM