Sin tregua a la vista en Ucrania antes de la Pascua ortodoxa
Los llamados a una tregua en Ucrania con motivo de la Pascua ortodoxa del domingo parecían haber caído en saco roto este sábado, especialmente en el este y el sur del país, objetivo prioritario para las tropas rusas.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el papa Francisco habían solicitado un alto el fuego con motivo de la celebración, pero ambos bandos se acusaron mutuamente del estancamiento de las negociaciones.
La Pascua coincide con la entrada en el tercer mes de guerra, en la que Moscú prioriza ahora "establecer un control total sobre el Donbás y el sur de Ucrania", dijo el viernes Rustam Minnekayev, subcomandante de las fuerzas del distrito militar del centro de Rusia.
De ese modo, agregó, se establecería "un corredor terrestre" entre los territorios separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk, en la región oriental del Donbás, con la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
La conquista del sur de Ucrania permitiría además ayudar a los separatistas de la región moldava de Transnistria, "donde también observamos casos de opresión de la población de habla rusa", afirmó el oficial, levantando preocupación en Moldavia.
Ucrania, que ha recibido en los últimos días sustanciales ayudas militares de los países occidentales, continúa asegurando que puede rechazar el avance ruso, pero reclama también una tregua durante esta festividad religiosa.
Según su presidente Volodimir Zelenski, Moscú la rechazó. El viernes por la noche, este acusó a Rusia de haber "traído la muerte a Ucrania". "La muerte no tiene ninguna opción de ganar sobre la vida, todo cristiano lo sabe", añadió.
Una "pausa humanitaria es necesaria para la evacuación de miles de civiles que quieren abandonar las zonas peligrosas con hostilidades en curso o posibles, en particular de Mariúpol, que sufre desde hace mucho tiempo", coincidió el ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores.
En la misma línea, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió en una llamada con el presidente ruso Vladimir Putin corredores humanitarios en este puerto estratégico al sureste del país, asediado durante hace casi dos meses y casi enteramente controlado por Moscú.
- "Crímenes de guerra" -
El Kremlin aseguró que es Kiev quien no permite la rendición de los últimos soldados ucranianos atrincherados en el complejo industrial Azovstal de esa ciudad, cercado por las tropas de Rusia.
"La vida de todos los militares ucranianos, combatientes nacionalistas y mercenarios extranjeros se preservará si deponen las armas (...) Pero el régimen de Kiev no autoriza esta posibilidad", dijo Putin según un comunicado del Kremlin.
El presidente ruso celebró el jueves la "liberación" de Mariúpol, aunque Zelenski respondió el viernes que sus combatientes "continúan resistiendo" en esa ciudad donde las autoridades locales temen más de 20.000 muertos.
Un consejero del presidente ucraniano, Oleksiy Arestovich, prometió el viernes un "contraataque" para reconquistar Mariúpol cuando lo decida el Estado Mayor.
Y el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko, advirtió que "el éxito de la ofensiva rusa en el sur depende del destino de Mariúpol".
En los alrededores de esta ciudad, a orillas del mar de Azov, la firma estadounidense de imágenes por satélite Maxar Technologies difundió fotografías que, según ella, muestran dos grandes fosas en las localidades de Manhush y Vynohradne.
Estas revelaciones ocurren en una jornada en que la ONU, cuyo secretario general viajará la próxima semana a Moscú y Kiev, advirtió de posibles "crímenes de guerra" rusos en Ucrania.
"Las fuerzas armadas rusas bombardearon de manera indiscriminada zonas habitadas, mataron a civiles y destruyeron hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles", declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
- Una noche sin sirenas -
El secretario general Antonio Guterres había pedido el martes un cese de hostilidades por la Pascua después de casi dos meses de conflicto que han dejado más de cinco millones de exiliados y siete millones de desplazados internos, el mayor éxodo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
También la Iglesia ortodoxa ucraniana, dependiente del patriarcado de Moscú pero distanciado de él por la guerra, pidió una tregua y su líder, el metropolito Onufriy se ofreció a "organizar una procesión" para "aportar ayuda de urgencia y evacuar a los civiles".
Aunque no hay ningún pacto de tregua oficial, en la noche del viernes al sábado, los canales de información ucranianos no dieron parte de la activación de ninguna alerta por bombardeo en todo el país, algo inusual.
Con tregua o sin ella, el conflicto se espera largo. El primer ministro británico Boris Johnson consideró "realista" que la guerra se extienda hasta finales de 2023. Y Estados Unidos invitó a 40 países a una reunión en Alemania el martes para discutir las necesidades a largo plazo de seguridad de Ucrania.
A.Cantu--LGdM