El presidente surcoreano Moon termina un mandato jalonado de fracasos
El presidente saliente de Corea del Sur, Moon Jae-in, llegó al poder con grandes promesas de paz con el Norte y de una sociedad "equitativa y justa" en el Sur, pero cinco años después no logró concretarlas, según analistas.
Las conversaciones entre Washington y Pyongyang, con mediación de Moon, colapsaron y Corea del Norte volvió a probar misiles de largo alcance. El líder norcoreano Kim Jong Un dijo la semana pasada que su país fortalece su arsenal nuclear "a la mayor velocidad posible".
En el ámbito nacional, la política clave de Moon en materia de vivienda fracasó, su histórica legislación antidiscriminación nunca se concretó y las grandes figuras de su partido se vieron envueltas en escándalos sexuales y de sobornos.
La frustración con su gobierno galvanizó a una oposición de derecha al borde del abismo, según analistas, e hizo que el conservador Yoon Suk-yeol fuera elegido por muy poco margen en marzo y se convierta en el próximo presidente el 10 de mayo.
"El principal legado de Moon será la elección de Yoon como presidente", comentó a AFP Gi-Wook Shin, profesor de sociología de Stanford University.
Yoon, un antifeminista declarado y halcón de seguridad de derecha, es la antítesis de Moon, y sus amenazas de ataques preventivos contra Corea del Norte ya lograron deshacer gran parte de los intentos de su predecesor en aras de un acercamiento con el Norte.
De todas formas, la diplomacia de Moon ya había quedado por los suelos, y Kim ya insinuó recientemente una amenaza de usar sus armas nucleares, indicó a AFP Cheong Seong-chang, del Sejong Institute.
- Logros históricos -
No obstante, el mandato de Moon se ha visto jalonado por hechos históricos: en 2018 se convirtió en el primer presidente surcoreano en dar un discurso al público norcoreano.
"Propongo que terminemos por completo con los últimos 70 años de hostilidad y demos un gran paso hacia la paz para volver a ser uno solo", declaró Moon ante un estadio repleto en Pyongyang, que lo ovacionó de pie.
Es el único presidente surcoreano que se reunió en tres ocasiones con su homólogo del Norte. Y fue un mediador en las históricas cumbres entre el entonces presidente estadounidense Donald Trump y Kim. Pero todos estos esfuerzos se derrumbaron en 2019.
Desde entonces, Pyongyang ha calificado a Moon como un "mediador entrometido", destruyó una oficina de enlace conjunto financiada por Seúl en la frontera, y en marzo hizo un disparo de prueba de un misil balístico intercontinental a pleno alcance por primera vez desde 2017.
Además, imágenes de satélite indican que el Norte se prepara para reanudar sus pruebas nucleares.
Moon "le dio demasiado crédito a Corea del Norte" en materia de compromiso y construcción de paz, según Soo Kim, de RAND Corporation.
"Kim nos ha demostrado que no se le puede convencer a renunciar a sus armas de ninguna manera puesto que de ellas depende su propia sobreviviencia", dijo la analista a AFP.
"Es difícil decir si el legado de Moon con Corea del Norte tendrá algún impacto sobre las relaciones intercoreanas", agregó.
- Promesas incumplidas -
El presidente saliente alcanzó el poder luego de que su antecesora fue depuesta por un escándalo que incluyó favores académicos para la hija de un asesor presidencial.
En su discurso inaugural en 2017 prometió que las "oportunidades serán equitativas. El proceso será justo y el resultado será correcto".
Pero uno de sus asesores, Cho Kuk, se vio involucrado en un escándalo de soborno y Moon fue considerado como demasiado tolerante con él.
El gobierno de Moon condujo de forma competente la pandemia del covid-19, pero sus políticas de vivienda fracasaron, según June Park, economista política de la universidad de Princeton.
Sus repetidos intentos de combatir la desigualdad acabaron profundizándola, con un aumento de 120% en los precios de apartamentos en la capital desde que Moon llegó al poder.
Su política de aumentar impuestos a los propietarios de múltiples viviendas no tenía sentido desde el punto de vista económico, según Park.
Como resultado de la política de viviendas de Moon, la vida del surcoreano medio se volvió "palpablemente más difícil", indicó Sharon Yoon, profesora de estudios coreanos en la Universidad de Notre Dame.
No obstante, la popularidad de Moon sigue siendo buena en Corea del Sur, con una tasa de aprobación de 44%, casi el doble de muchos otros presidente al concluir sus mandatos.
Pero sus fracasos han decepcionado a sus partidarios y propulsaron a los conservadores de la oposición, dijo a AFP Vladimir Tikhonov, profesor de estudios coreanos de la Universidad de Oslo.
"Fue una presidencia con muchas promesas al inicio, pero pocas promesas cumplidas al final", agregó.
A.Cantu--LGdM