La Hungría de Orban, incómoda tierra de acogida para los ucranianos
Kristina Novytska salió de Kiev y desembarcó en Budapest una semana después de la invasión rusa, y ahora tiene un solo deseo: abandonar Hungría, cuyo líder Viktor Orban se abstiene de apoyar abiertamente a Ucrania e impide la unanimidad europea.
"Me gusta mucho Hungría, su gente, pero he visto lo que el gobierno piensa de nosotros", comentó la diseñadora de moda de 39 años a AFP en El Taller, un albergue de refugiados administrado por un poblador de Budapest.
La mujer de 39 años salió de Kiev con su hija de dos años poco después de iniciada la invasión rusa a Ucrania y ahora desea buscar empleo en un país de habla inglesa.
Pese a que el gobierno húngaro dice atender a cientos de miles de refugiados, solo entre 10% y 20% permanecen más que unos pocos días, según organizaciones de socorro.
Muchos deciden salir por sus contactos en el exterior, perspectivas laborales, y dificultades con el idioma, según las organizaciones.
La postura de Orban en la guerra, así como sus medidas para desmantelar el sistema de apoyo a los buscadores de asilo y refugiados, contribuyen a las salidas.
- "Incómodos" -
"Es como si el gobierno quisiera que los refugiados en general eviten Hungría", sostuvo Viktoria Horvath, de la ONG Migration Aid en Budapest.
En los grandes centros de recepción, hay más personal voluntario que refugiados.
Datos de la ONU señalan que más de 620.000 refugiados ucranianos ingresaron a Hungría desde la invasión del 24 de febrero.
Pero según cifras húngaras, solo unos 20.000 pidieron "protección temporal", que les concede acceso a los sistemas de salud local y seguridad social.
En los primeros días después de la invasión, Orban calificó a Hungría como "un buen amigo de Ucrania" y aseguró que su gobierno ayudaría a los ucranianos, contrario a su tradicional postura anti refugiados que lo llevó a rechazar a los buscadores de asilo de Oriente Medio y África.
Al mismo tiempo Orban, un aliado de Vladimir Putin, evitó responsabilizar al líder ruso por la guerra.
Orban ha enviado ayuda a Ucrania pero se ha negado a enviar armas, al señalar que podrían arrastrar a Hungría al conflicto.
Su postura generó críticas en el gobierno de Kiev.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, le dijo en marzo a Orban en un mensaje de video que "tienes que decidir de qué lado estás de una vez por todas".
En respuesta, durante su discurso de victoria electoral el 3 de abril, Orban calificó a Zelenski como un opositor.
Más recientemente se opuso a un embargo petrolero de la Unión Europea (UE) debido a la dependencia húngara del crudo ruso.
"Los ucranianos tienden a sentirse incómodos aquí", dijo Anya Yelina, una profesora universitaria de danza que llegó a Hungría en marzo.
"El problema es que Orban es prorruso y los refugiados lo comentan constantemente", agregó la mujer de 25 años, cuyo hermano trabajó tres años en Hungría y ahora quiere irse.
- Sistema de asilo -
Parte de la animosidad entre los dos países es de origen reciente.
Budapest en los últimos años ha reclamado de la supuesta discriminación contra la minoría húngara en el oeste de Ucrania.
Desde la invasión, las narrativas prorrusas que relativizan la agresión de Moscú han dominado los medios públicos, que son fuertemente pro Orban.
Una encuesta de abril de Ipsos determinó que 67% de los húngaros consideran que "los problemas de Ucrania no son de nuestra incumbencia y no debemos interferir".
Fue uno de los niveles más altos de los 27 países consultados por Ipsos y lejos del promedio de 39%.
Al contrario de las vecinas Polonia o República Checa, no ha habido grandes manifestaciones de solidaridad contra la invasión rusa.
El problema de los refugiados ucranianos es también institucional.
Hungría "demolió" su sistema de asilo en los últimos años, lo que dificulta la integración de los ucranianos, según Aniko Bakonyi, una activista por los refugiados.
Desde 2015 se construyeron cercas en la frontera sur de Hungría y se cerraron los campos de refugiados.
"La frontera abierta con Ucrania y la ayuda humanitaria son el camino correcto, pero los refugiados necesitan tener perspectivas y un sistema holístico de servicios que los integre a su nuevo hogar", afirmó Bakonyi.
G.Montoya--LGdM