Las minas pulverizan a habitantes de Yemen pese a aparente calma en el conflicto
Murad Al-Maruai, un niño de nueve años, recogía papeles y desperdicios cuando quedó pulverizado por una mina antipersonal en la playa de Hodeida, en el oeste de Yemen.
El accidente se produjo en enero y sus familiares todavía recuerdan aquel momento con horror. "Murad desapareció de repente. Solo vi manos y piernas", explica temblando uno de sus hermanos, Yahia Al-Maruai, de 15 años, a la AFP.
El padre de Murad, Ahmed Al-Maruai, de 50 años, sigue aterrado por las imágenes. "Nunca olvidaré ver a las rapaces tomar pedazos de carne de mi hijo antes de que los socorristas vinieran", recuerda.
"No lo lavé, ni lo envolví en una mortaja", como dice la tradición musulmana, prosigue el padre de familia. "Solo enterré sus pedazos en una bolsa de plástico. ¿Cómo tengo que sentirme?"
En enero, después de nadar, el pequeño Murad se puso a buscar, con sus hermanos, objetos abandonados para revenderlos. El trágico accidente se produjo entonces.
Su hermano Yahia, todavía petrificado por aquellos momentos, lleva en su cuello un collar que Murad le dio tras haberlo encontrado en la arena.
Yemen, el país más pobre de la península arábiga, está devastado desde 2014 por el conflicto que opone los hutíes, rebeldes apoyados por Irán, y las fuerzas progubernamentales, respaldadas por una coalición militar liderada por Arabia Saudita.
La guerra ha causado cientos de miles de muertos y millones de desplazados. Una tregua nacional, en vigor desde principios de abril, ha dado cierto respiro a la población, inmersa en una de las peores tragedias humanitarias del mundo, al borde de una hambruna a gran escala.
Hodeida, una región estratégica situada a orillas del mar Rojo y con un puerto crucial para el acceso de mercancías y ayuda humanitaria, se rige bajo un acuerdo de desmilitarización especial desde 2018.
- "Diseminación ciega" -
A principios de junio, la ONU informó de 19 muertos y 32 heridos durante la tregua, en su mayoría debido a las minas, artefactos explosivos caseros o municiones sin estallar. Los que corren más riesgo son los civiles, especialmente niños.
En 2021, los restos de municiones explosivas, incluyendo minas terrestres y artefactos que no estallaron, causaron 338 víctimas civiles, 129 de ellas mortales, en el país, estima el Civilian Impact Monitoring Project.
Según este organismo vinculado a la ONU, especializado en Yemen, la zona de Hodeida se ve especialmente afectada. La región es un lugar estratégico hacia el norte, muy controlado por los hutíes, explica a la AFP Ibrahim Jalal, investigador en el Middle East Institute.
"La diseminación ciega de minas terrestres en varias regiones causa decenas de víctimas cada día, sobre todo agricultores, viajeros y civiles en general", advierte este especialista en temas de seguridad y defensa en Yemen.
"La vida de la gente está sometida a muchas incertidumbres", constata. Las minas limitan la movilidad de la población, complican el traslado de ayuda humanitaria y su desactivación cuesta mucho dinero, añade el experto.
- "Todos muertos" -
Según los observadores, al menos un millón de minas han sido diseminadas en Yemen desde el inicio del conflicto en 2014. Muchos las atribuyen en gran parte a los rebeldes.
En marzo, Abdu Ali, de 23 años, iba en coche hacia la ciudad de Hodeida, capital de la región, con su hermano, su hijo y los hijos de su hermana.
Al pasar por su antiguo pueblo, que tuvieron que abandonar debido a los combates, decidieron volver para ver si podían instalarse de nuevo en él. Pero Abdu Ali prefirió irse y dejó a los otros miembros de su familia allí.
"Apenas pasaron cinco minutos que oí una explosión", explica a la AFP.
"Corrí en dirección del ruido. La gente hablaba de un coche que pasó por encima de una mina. Tenía miedo y esperaba que no fueran ellos", cuenta.
Pero, lo que tanto temía ocurrió: "muy rápido supe que eran ellos y que estaban todos muertos".
S.Ramos--LGdM