La extrema derecha francesa saborea su progresión en el Parlamento
Tras décadas de lucha por imponer su agenda, la extrema derecha de Marine Le Pen ha consolidado su lugar como uno de los pilares de la vida política francesa, pese a las acusaciones de fomentar una ideología extremista divisiva.
La Agrupación Nacional (RN) de Le Pen obtuvo el domingo 89 de los 577 diputados de la Asamblea (cámara baja), once veces más que los ocho logrados en 2017 y muy por encima de sus propias expectativas y de las proyecciones.
"En nuestros mejores sueños, esperábamos obtener 60 diputados", dijo el lunes a la prensa la líder ultraderechista, de 53 años, en su bastión de Hénin-Beaumont, en el antiguo centro industrial y socialista del norte de Francia.
La heredera del Frente Nacional (FN) expresó su "grata sorpresa" por la "movilización" de los electores y el "deseo de que la inmigración, la inseguridad y la lucha contra el islamismo no desaparezcan del debate parlamentario".
Le Pen puede alegrarse además de contar con el mayor partido de oposición en la Asamblea Nacional, ya que la alianza de izquierdas Nupes (137 diputados) aglutina a varios partidos en su seno y ninguno, por separado, supera a RN.
A pesar de haber ganado millones de votos en sus sucesivas contiendas presidenciales contra el presidente centrista Emmanuel Macron, nunca había logrado transformar su influencia en una fuerza legislativa viable hasta ahora.
Su partido ha eclipsado a la derecha tradicional y ahora puede optar a casi 10 millones de euros (10,5 millones de dólares) al año de financiación pública, una ganancia inesperada tras años de dificultades financieras.
Los diputados de RN también tendrán más tiempo de palabra y Le Pen ya dijo que exigirá dirigir la poderosa comisión de Finanzas de la Asamblea, reservada tradicionalmente al mayor partido de la oposición.
Esto podría complicar la agenda reformista de Macron, sobre todo su plan de retrasar la edad de jubilación de los 62 a 65 años. Marine Le Pen aboga por mantenerla en 62 años o adelantarla incluso para quienes empezaron a trabajar antes.
"La Agrupación Nacional se ha convertido en un partido con raíces locales (...), en el portavoz indiscutible de las divisiones sociales y territoriales", dijo el politólogo Pascal Perrineau, al diario Le Parisien.
- ¿2027, a la vista? -
Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, creó el FN --rebautizado Agrupación Nacional-- hace casi 50 años, pero sus convicciones y su discurso de odio antisemita y racista han mantenido al grupo en los márgenes durante décadas.
Su hija ha suavizado la imagen agresiva de su formación y ha restado importancia a su discurso antimigrantes, afirmando en cambio que defiende los valores tradicionales de Francia y su "soberanía", frente a la Unión Europea (UE).
Al convertirse en una fuerza parlamentaria, una Le Pen revigorizada podría también plantearse optar de nuevo a la presidencia de Francia en 2027, cuando Macron no podrá presentarse tras ostentar dos mandatos sucesivos.
La también diputada obtuvo casi el 42% de los votos en la presidencial de abril, un resultado casi inconcebible hace unos años. Ahora anunció que dejará el liderazgo del partido para centrarse en el grupo parlamentario.
En las próximas semanas está prevista una reunión para elegir a su sucesor al frente del partido, con todas las miradas puestas en su número dos de facto, Jordan Bardella, que a sus 26 años es ya conocido en Francia.
Para el experto Jean-Yves Camus, de la Fundación Jean-Jaurès, Macron allanó el camino al éxito de Le Pen, al insistir en que sus políticas "progresistas" eran el polo opuesto a sus ideas "nacionalistas".
"Este método de llevar la vida política francesa a los extremos terminó dando a la Agrupación Nacional su estatura como principal grupo de oposición", agrega el especialista de este grupo de reflexión.
F.Deloera--LGdM