Atención médica nocturna para soldados ucranianos heridos en Bajmut
Son las 21H00 y un soldado ucraniano acaba de ser trasladado a un hospital de campaña desde Bajmut, donde se centran los combates en el este del país. En lo más profundo de su herida, se puede sentir cómo late su corazón.
Una bala perforó su brazo izquierdo y su tórax hasta alcanzar su brazo derecho.
A su alrededor hay unos 15 doctores, enfermeros y ayudantes, que atienden también a cinco heridos más. Todos fueron trasladados a este centro de primeros auxilios de la 93ª brigada mecanizada.
El lugar está situado en un pueblo a 15 kilómetros de Bajmut, donde se concentran los combates entre fuerzas rusas y ucranianas.
"Hace meses que es difícil", dice Volodimir Pikhulevskiy, un cirujano de 38 años, miembro del equipo médico. "Algunos días hay 100 heridos, otros 50 o 60", explica. "Todo depende de lo que ocurre en Bajmut", continúa.
"Es muy difícil para nuestros muchachos ahí. No puedo imaginar cómo es. Es aterrador", añade.
En un primer momento, el punto de primeros auxilios estaba en Bajmut. Pero el equipo se vio obligado a salir de esta ciudad en diciembre, ante el avance de las tropas rusas.
El grupo trató de regresar en enero, pero dieron media vuelta por los intensos bombardeos. Cuatro médicos del equipo murieron desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.
- En plena noche -
Después de recibir los primeros cuidados, el soldado es enviado rápidamente a un hospital de una gran ciudad cercana.
El emplazamiento médico está situado entre la línea del frente y los establecimientos hospitalarios más importantes. Cada unidad del ejército tiene su propio centro, ubicado cerca de las zonas de combate.
"Nuestro objetivo es salvar vidas y mandar a los heridos al hospital", explica el médico Pikhulevskiy.
En cuanto salen los primeros heridos llega otra oleada de soldados. Son las 22H30 y todos tienen heridas de bala. La mayoría estaba en trincheras cerca de Bajmut.
Los soldados se ven exhaustos. Algunos fueron heridos en la mañana o a lo largo del día, pero llegan apenas en la noche debido a los bombardeos rusos de las carreteras durante la jornada.
"Los heridos solo son evacuados cuando es de noche", cuenta Lyudmyla Symchenko, una anestesista de 55 años.
Entre los heridos está el conductor de un vehículo blindado con las manos ensangrentadas y los extremos de sus dedos arrancados.
Otro soldado de unos 20 años recibió un fragmento de metralla en la nuca. Los médicos consideran arriesgado intentar extraer el trozo de metal. El joven gime cada vez que mueve la cabeza.
Otros dos tienen metralla en sus espaldas. Cuando los médicos tocan su cuerpo para tratar de quitarlo, se retuercen de dolor.
- "Estado de shock" -
Symchenko le pide a un paciente que estire el brazo para recibir una inyección.
"Muchos soldados están traumatizados por los bombardeos y por eso, no entienden de inmediato", explica.
"Ayer por ejemplo, tuvimos problemas para tomar el hacha de un hombre [que había traído consigo]. Estaba en estado de shock y no soltaba el hacha. Esa fue su reacción al estrés", aclara.
Denis, de 25 años, tiene una herida ligera en el hombre. Forma parte de una unidad de paracaidistas, pero no está vinculado a la brigada 93. Estaba cavando una trinchera al sur de Bajmut cuando fue alcanzado por fuego de mortero y ahora espera que lo lleven al hospital.
Cuenta que su unidad carecía de recursos y sufrió "muchas pérdidas". "Al principio de la guerra había 124 combatientes. Ahora hay menos de 80", precisa.
Después de medianoche, la unidad médica recupera la calma. Todos los heridos fueron trasladados a hospitales lejos del frente y ya no llegan nuevos soldados.
Los doctores afirman haber cuidado a 70 soldados en 24 horas. Sentados en silencio, miran sus celulares, su "única distracción", según cuenta Symchenko, los ojos todos rojos.
U.Romero--LGdM