Sue Gray, la temible funcionaria británica que investiga el "partygate"
Sue Gray, que el miércoles publicó su informe sobre las fiestas en Downing Street durante los confinamientos, el escándalo que amenazó el futuro del primer ministro Boris Johnson, pasó en pocos años de ser la dueña de un pub a una temible funcionaria en la sombra.
Hasta hace poco desconocida del público, el nombre de esta funcionaria, conocida por su integridad y autoridad, está ahora en boca de todos desde que asumió la ingrata tarea de investigar el escándalo del "partygate", que podría doblegar la resistencia de Johnson a dimitir.
El controvertido primer ministro fue multado por la policía por una fiesta de cumpleaños sorpresa celebrada en su honor en junio de 2020. Esta sanción parece relativamente leve en comparación con el total de 126 multas impuestas por la policía a 83 personas en su investigación sobre las infracciones a las reglas impuestas contra la pandemia.
Algunos diputados, incluidos en su propias filas coservadoras, llamaron a su dimisión, pero Johnson pidió en repetidas ocasiones que se esperen los resultados de la investigación de Gray, que tomó las riendas tras la dimisión de su predecesor Simon Case... acusado por la prensa de haber incumplido él mismo las restricciones sanitarias al celebrar una fiesta en sus oficinas en la navidad de 2020.
- Integridad -
La sexagenaria Gray es una de las figuras más importantes de la "oficina del gabinete", el ministerio responsable de coordinar la acción gubernamental. Como exresponsable de deontología y ética de esta vasta administración, tiene una larga lista de investigaciones internas en su haber.
Descrita por un exministro como la persona que realmente "dirige" el Reino Unido, tiene fama de ser una funcionaria pública intachable, lo que la convierte en la figura ideal para una investigación con implicaciones políticas de gran alcance.
Ha trabajado durante varias décadas en la administración pública, donde se forjó una reputación de mujer competente e íntegra que ha adquirido una considerable autoridad en Westminster.
"Reorganizaciones ministeriales, reorganizaciones departamentales, todo es gracias a Sue Gray", relataba el exministro liberaldemócrata David Laws en sus memorias de 2016.
La experiencia de Gray a la hora de enfrentarse a entornos hostiles puede venir de otra vida, cuando era la gerente del Cove Bar, un pub de la ciudad norirlandesa de Newry, cerca de la frontera con Irlanda.
En la década de 1980, en el punto álgido del conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes con la implicación del ejército británico, hizo una pausa en su carrera de funcionaria y compró el pub con su marido -el cantante de country Bill Conlon- en lo que entonces se conocía como "el país de los bandidos".
Según un antiguo cliente que habló con el diario The Times, era una "buena patrona" que no hablaba de su trabajo para el gobierno británico.
- "Posición incómoda" -
Gray se ha curtido dirigiendo numerosas investigaciones políticas controvertidas sobre presuntos fraudes de políticos conservadores.
En 2017, su informe sobre el ministro Damian Green reveló que este había mentido sobre la presencia de imágenes pornográficas en su ordenador parlamentario. Esto llevó a la entonces primera ministra Theresa May a despedir a su estrecho aliado.
Sin embargo, según los analistas, el alcance de su investigación sigue siendo limitado: está encargada de establecer los hechos y no de encontrar a los responsables.
Esto pone a la alta funcionaria en una "posición muy incómoda", dijo Catherine Haddon, del centro de estudios políticos Institute for Government, al comienzo de la investigación.
"Si el informe no satisface al tribunal de la opinión pública, si se ve que es inexacto o que resta importancia a los problemas, Gray - y la administración pública con ella - serán criticados", sentenció.
R.Espinoza--LGdM